lunes, 3 de noviembre de 2008

Portales

"El amor es el peso del alma"
San Agustín


Donde se aloja el amor?. Porque decimos que el amor habita en el corazón y no en la tercera circunvolución del hemisferio derecho del cerebro?. En la opinión de este danzarin de las letras el amor no reside necesariamente en un solo sitio ni permanece quieto en un determinado lugar.




Podemos hallar el amor en los pies, cuando estos caminan plazas y parques para hallar la sonrisa del ser amado, cuando recorren calles y esquinas tras el artesano que crea primores para adornar el cuello o la muñeca de la mujer amada. A veces los pies se esconden bajo la mesa ocultando la ansiedad en la espera de una sonrisa.


El amor puede estar en los ojos cuando con una mirada esperamos decir todo lo que preña el alma y las palabras no son suficientes. El amor abre la puerta de los ojos cuando el rostro amado es el mismo al transcurrir del tiempo y los años no mellan ese recuerdo de la primera vez que viste su cara.


El amor a veces está en la boca y el vino de los viernes evoca su sonrisa. Otras veces esta boca nos sorprende cantando una canción sin saber porque y tras la melodía está la esencia del ser que se ama. A veces la boca calla para que la tormenta que se desata en tu pecho no te impida decir un te quiero.


La manos mucha veces alojan el amor. Esas manos que amasan, marinan, pican en frenético orden una vianda solo para agradar su paladar. Las manos que prenden una vela en suerte de mágico puente entre lo espiritual y lo cotidiano para allanar caminos y solicitar protección. Manos que abotonan tu mejor camisa si la vas a ver.


Las puertas de las habitaciones del amor son muchas, demasiadas para nombrarlas. Puertas cambiantes, mutantes. Puertas esperando ser abiertas con devoción. Puertas que esperan por la oportunidad de demostrar que el amor sigue ahí invicto y glorioso esperando a que lo halles.

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