domingo, 20 de mayo de 2007

Juan Primito



Dentro de los oráculos que se encuentran en la literatura venezolana siempre me ha llamado la atención un personaje de Rómulo Gallegos inmortalizado en "Doña Bárbara". Ante mis ojos juveniles los caminitos de letras se convertían en inmensos sabanales donde Juan Primito vertía su locura buscando esas señales para comprender y explicar las situaciones.

Y es que acaso no todos tenemos nuestro Juan Primito por dentro?. Mamá decía cuando se caía un cuchillo : "Hoy viene un hombre a casa"... y yo quedaba con ese comentario rondandóme hasta que "el hombre" previsto aparecía. No importaba quien. Un vendedor, el amolador con su flauta de fantasía, mi propio papá. Lógico: En una casa que siempre tenía las puertas abiertas algún hombre tenía que llegar.

Pero volvamos a Juan Primito. Este demente llanero creía en los "Rebullones": Aves fantásticas y sobrenaturales que revoloteban en los techos de las casas del llano y sólo eran visibles para él. Estos Rebullones sólo se calmaban si el alimento servido en totuma y puesto sobre el techo por Juan Primito era consecuente con el motivo de su aparición. Si el ambiente estaba tenso por cuestiones legales una que otra morocota era servida en totuma. Si la muerte rondaba por esos caminos del llano el condumio era de sangre.

Ahora ya hombre, no creo en el oráculo de los cubiertos caídos. Pero si creo que Juan Primito está en nuestra Psique colectiva. Nuestro Juan Primito personal requiere, necesita esas señales para comprender esta realidad que cambia día a día. Los golpistas de ayer son los demócratas de hoy. Ya Páez no es el genial incendiario en Mucuritas, ni el héroe que con ciento veinte hombres hizo morder el polvo al rey en las Queseras del medio, hoy Páez es un traidor según la óptica de turno.

Aquel canal de televisión donde vimos cuando la especie humana hollaba el polvo lunar, donde la pantalla en blanco y negro se teñía de colores, hoy ese canal respira su último aliento debido al cambio en los valores "revolucionarios".

Juan Primito: Duermen tus Rebullones?, o por el contrario su aleteo cubre la ciudad?. Háblame Juan. Cuéntame de que lleno las totumas.